viernes, 19 de octubre de 2012

Destinos del interrail: Venecia

Seguro que alguna vez viendo Mary Poppins habéis tenido ganas de hacer eso de saltar dentro de un cuadro y transportaros a su interior. Aquí estoy para solucionaros la vida. Coged un cuadro de Canaletto, miradlo muy muy fijamente y motaos inmediatamente en un avión a Venecia. Podéis vendaros los ojos entre una cosa y otra, para darle un efecto más realista, pero la verdad es que en Venecia los canales, las góndolas, las cúpulas de los tejados, los edificios... Todo es tan bonito como os lo puedan haber contado... O un poco más. Puede que al haber ido en otoño haya tenido una suerte especial, pero no me ha parecido que huela mal, ni que esté especialmente saturada de turistas (bueno, lo cierto es que solo hay turistas, pero yo pude ver la ciudad sin agobios) ni que esté descuidada.



Os daría ahora una larga lista de sitios que tenéis que visitar, pero la verdad es que más allá del Palazzo Ducale, del que os hablaré luego, Venecia es una ciudad tan única, tan diferente, que el mero hecho de perderse (suerte intentando descifrar los mapas!!) por sus minúsculas calles, puentes y campos (el nombre que les dan a las plazas) es descubrir un mundo total y absolutamente nuevo. El exceso de turistas se compensa con la ausencia de coches, y la dificultad de moverse de un sitio a otro por las esquinas encantadoras que te encuentras cada vez que te pierdes.



Para visitar el centro, yo os aconsejaría vagar sin mucho rumbo (no intentéis seguir un camino concreto, no lo conseguiréis y será desesperante) siguiendo como referencia los carteles amarillos que marcan los lugares más importantes de la ciudad ( Estación del Tren, Rialto, San Marco, Academia...). Yo no me fiaría mucho de ellos para ir directamente a ningún sitio, pero están bien para dejarse llevar con un rumbo más o menos claro.

Venecia se divide en seis distritos, de los que San Marco es sin duda el más turístico, aunque San Polo, con atracciones como el puente de Rialto (y su mercado) o Santa Maria dei Frari tampoco se queda atrás. El resto son un poco más tranquilos, aunque ya os digo que vale la pena pasear por cualquiera de ellos porque es algo simplemente...diferente. No dejéis de pasaros, eso sí, por Dorsoduro, a mi sin duda el sestriere que más me gustó. Al sur de la ciudad, está relativamente alejado de la masa de turistas, y sus calles llenas de galerías de arte tienen un encanto único. No dejéis de disfrutar de un trozo de pizza  en Pizza al Taglio (baratísima y deliciosa, en Sacca de la Toletta 1309) o de un plato de pasta en una trattoria, los precios son más asequibles que en el centro y el ambiente es encantador.



¿Visitas imprescindibles más allá de perderos por la ciudad? San Marco os espera. No dejéis de entrar en la basílica (es gratis, y aunque veréis una cola inmensa avanza rápido), y maravillaros ante sus cúpulas de influencia bizantina (oro, oro y más oro), realmente impresionante. Al lado, el Palazzo Ducale es uno de los emblemas de Venecia, y en él podréis haceros una idea de como funcionaba políticamente la ciudad durante sus siglos de esplendor, y ver obras como el Paraíso, de Tintoretto, o algunos techos decorados por Veronese que os dejarán con la boca abierta, ,y harán que el precio de la entrada y el tener que navegar entre grupos y más grupos de turistas valga la pena. Los más macabros, podréis ver también las antiguas mazmorras. Sin salir de la plaza, y si os sobran 8€, podéis gastarlos en subir al Campanile, desde donde tendréis una bonita vista de la ciudad... aunque la verdad es que la ciudad ya es bonita con los pies en el suelo.



Si tenéis ganas de más museos, podéis optar por la Academia si os gusta lo antiguo, o por el Guggenheim si os va lo más actual, ambos en Dorsoduro. No os vayáis sn ver cosas como el puente Rialto, Santa Maria dei Frari, Santa Maria della Salute o sin compraros una máscara carnavalesca (como si fueseis a poder resistiros). Si vais a pasar varios días, acercaros en vaporetto a Burano y a Murano puede ser una opción.



En definitiva... No siempre todo lo que se escucha de Venecia es bueno, pero os recomiendo al 200% que vayáis si tenéis la oportunidad porque tiene... algo. ¡¡Y quién querría perder la oportunidad de saltar dentro de un cuadro como en Mary Poppins!!

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