jueves, 11 de octubre de 2012

Interraileando, días 5, 6, y 7 : Berlín

 16:00, tren Berlín-Praga, cansancio, sol en los ojos y un compartimento lleno de alemanes que no paran de hablar entre ellos y mirarme como esperando que les contestase por arte de magia. Solo dos días por Berlín, la sensación de que he dejado mucho por ver...pero ya. No esperaba que me fascinase en absoluto, así que no puedo decir que me haya decepcionado, pero Berlín me ha parecido increíblemente gris, triste y algo sobrecogedora.



La llegada ya no prometió mucho. La estación central de Berlín es simplemente inmensa, y no se han esforzado en exceso en señalizar cada cosa, así que en un estado de agotamiento absoluto no os podeis imaginar lo que me costó encontrar el metro que me llevara a mi hostel  (carteles que llevaban a ninguna parte, líneas mezcladas, un laberito de escaleras increíble...). Me sentí un poco mejor cuando al hablar con alguna genete a lo largo de estos días me dijeron que la estación les había parecido un horror tanto como a mi, porque creo que no me había sentido tan desorientada nunca !!

Llegar al hostel tampoco fue la experiencia más maravillosa del mundo. Resulta que la recepción y el bar son básicamente lo mismo, y yo entré en un momento de lo más álgido. Me faltó poco para salir corriendo cuando vi una enorme masa de alemanes rubios y gordos, todos hombres, gritando y bebiendo cerveza, pero dado que no tenía otro sitio a donde ir, me armé de fuerza mental, me registré, y subí hacia mi habitación en medio de una masa de especímenes de los ya mencionados. Afortunadamente la habitación que me habia tocado (ocho camas, muy cuca) estaba libre de los especímenes del bar (aunque se oían sus dulces vocecitas ampliamente), y solo había un chico y una chica bastante majos. Luego vino también un grupo de japoneses muy tranquilitos ellos, así que pese a la mala impresión del principio me quedé contenta.



Esa noche me obligué a salir un ratito a que me diese el aire, por eso de no quedarme dormida a las ocho o algo así, y y di un paseo por el centro, me acerqué a la puerta de Brandemburgo (que tiene mucho más encanto de noche que de día, por cierto) y poco más, porque el cuerpo ya no se dignaba a responderme.

Ayer sábado Berlín amaneció frío, nublado y ligeramente lluvioso (una maravilla, vaya) así que no me di mucha prisa en salir de la cama ni nada similar. Por la mañana decidí hacer un tour turístico de la ciudad, porque como iba a estar poco tiempo me pareció el mejor modo  de conocer mejor por lo menos la zona del centro. Pese a que no dejó de llover en lo que duró el tour, la verdad es que estuvo genial, y me enteré de un montón de cosas y pude visitar lo más básico para hacerme al menos una idea general.

A nivel personal, como ya os comentaba antes, la verdad es que no acabó de engancharme. Todos los memoriales, el muro, los elementos que recuerdan a la época nazi, Segunda Guerra Mundial, y a la Gerra Fría de después son en general bastante abrumadores, y a mi por lo menos me impresionó el modo en el que te acercan a la historia  y te la hacen de algún modo revivir.



Por la tarde , al acabar con el tour estuve un rato largo de tienda en tienda, descubriendo algunas realmente curiosas, y después me dirigí a la East Side Gallery, el trozo más grande de muro que se conserva, y que está decorado con graffittis de diferentes artistas, por fin algo que me gustó !!



De ahí al hotel a descansar un rato tras todo el día caminando, y después quería haberme acercado al barrio de Kreuzberg, pero la verdad es que tampoco quería liarme mucho porque quería madrugar hoy, y además en Alexanderplatz, al lado de mi hotel, había unos cuantos puestos con motivo del Oktoberfest, y bastante gente, así que bajé allí a cenar y tomar algo. Había música, puestos de cosas típicas, y bastante ambiente, así que conocí a bastante gente (hay quien me pregunta si no me siento sola al viajar sin nadie más, pero la verdad es que deberíais de ver la rapidez con la que se te acerca la gente cuando te ve sentada sola con una cerveza!!) y pasé un buen rato antes de irme prontito a dormir.

Esta mañana madrugón (Berlín gris y con niebla, esta vez nos ahorramos la lluvia) para aprovechar las horas que me quedaban en la ciudad. Hice una de las visitas que más me gustaron, la de la cúpula del Reichstag, u después estuve un rato de paseo por el centro, me acerqué al barrio medieval (una cucada) y entre unas cosas y otras tocó volver a la horrible estación (donde por cierto volvió a costarme encontrar el tren). Hoy rumbo Praga, donde me tocan dos noches, pero la intención es tomárselo con relax, porque ya conozco la ciudad y creo que me merezco un día para respirar !!

Seguiremos informando :)

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